Carbunco sintomático, hepatitis necrótica, enterotoxemia, edema maligno, tétanos, botulismo
Las clostridiosis son enfermedades mortales que afectan al ganado bovino de forma repentina, causando a menudo la muerte incluso antes de que se haya manifestado algún signo clínico. Las bacterias que las causan producen unas esporas muy resistentes que se encuentran diseminadas por todo el entorno y que pueden entrar fácilmente en el organismo a través de una herida o cuando el animal está pastando.
Las clostridiosis están causadas por bacterias del género Clostridium.
Los clostridios están muy extendidos por el entorno y se encuentran normalmente en el suelo y en las heces. Producen esporas muy resistentes que pueden sobrevivir en el entorno durante mucho tiempo.
También están presentes en el tubo digestivo y, en forma de esporas, en los tejidos de animales sanos.
No todas las especies de clostridios provocan enfermedades, pero las que son patógenas suelen ser mortales. Especies de Clostridium:
Cl. septicum (edema maligno).
Cl. chauvoei (carbunco sintomático).
Cl. sordellii.
Cl. haemolyticum.
Cl. novyi (hepatitis necrótica).
Cl. perfringens tipos A, B, C y D (enterotoxemia).
Cl. tetani (tétanos).
Cl. botulinum (botulismo).
Los animales sanos sin signos aparentes de la enfermedad están a menudo infectados. Los factores que contribuyen de forma importante a la aparición de la enfermedad son:
Cualquier situación que cree las condiciones para que las bacterias invadan el cuerpo y segreguen toxinas, es decir, una herida o un tratamiento invasivo, como una intervención quirúrgica, un parto o una herida punzante.
Cambios bruscos de dieta, sobrealimentación, acidosis aguda.
Los signos clínicos pueden variar según el tipo de bacteria implicado:
Muerte súbita en animales aparentemente sanos.
Letargo o abatimiento, con muerte a las 6-24 horas.
Fiebre elevada.
Falta de apetito.
Hinchazón en la cadera o en el hombro, con una sensación de crepitación cuando se presiona la piel.
Cojera aguda.
Rigidez localizada.
Espasmos musculares.
Orina de color rojo oscuro.
Se puede establecer el diagnóstico a partir de la sintomatología clínica y la epidemiología, pero puede ser necesario llevar a cabo una necropsia y realizar un análisis de laboratorio para confirmarlo.
La vacunación es una estrategia segura, económica y fiable para prevenir las clostridiosis. Existen diversas combinaciones de vacunas contra clostridios que ayudan a proteger al ganado bovino contra estas bacterias mortales.
La clostridiosis evoluciona tan rápidamente que estas enfermedades raramente se pueden tratar con antibióticos. En algunos casos existen antitoxinas que ayudan al tratamiento.
Puesto que las clostridiosis suelen afectar a los terneros más sanos y de crecimiento más rápido, y a las vacas de mayor producción, su impacto económico puede ser devastador.
El carbunco sintomático y las demás clostridiosis pueden anular de un plumazo la inversión asociada a una novilla de sustitución prometedora o a una vaca adulta de gran potencial.
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